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Foto del escritorAdriana Mendes Rosa

Amaneció con ganas de algunas diferencias

De moverse de lugar

Cansada de la inercia del surco aprendido y hecho carne,

Del patrón de lo mismo lomismo lomismo lomismo.


Amaneció con ganas de nuevo.

Con ganas de escribir hojas y hojas

Con palabras y vivencias

Que suelten y enreden una nueva forma.


Quiso, así, saltar el trampolín y disfrutar la caída

Subir la montaña y aprender en su escalada

Amar en un movimiento caóticamente rítmico

Llorar cada emoción que la habita.


Anocheció entonces, con ganas de bailar libre

y sentir la brisa

Caminar sin rumbo, solo por caminar

Abrir la puerta para ir a jugar

Saltar los charcos y mojar la risa.


Esto de encontrarse era un tiempo nuevo para ella.


Encontrarse con ella, con su sentir, con los sentires de otros y simplemente quedarse ahí sosteniendo la experiencia vital.

El tiempo había pasado muy rápido y sus maneras de responder a lo que acontecía fueron óptimas para un momento dado de su vida.


¿Cómo es que de repente eso ya no sirve? ¿Cómo es que emerge la necesidad de la actualización?


A veces las señales son confusas o están teñidas de frustración, de proyectos que no se mueven, de relaciones que no funcionan, de dolores crónicos de espalda, de deseos aparentemente inalcanzables.


Y así, como cuando hay algo que tiene que suceder y arrasa con la fuerza de lo inevitable,

la vida puso en su camino dolores profundos y quemantes.

Trajo con el caos del huracán todo lo que no quería ver y con la posterior calma trajo la potencia de lo que es.


Entonces, la inercia del surco conocido se frenó.

¿si no es así como?

Las preguntas vitales se instalaron para desterrar certezas muertas.


Así sobrevino, emergió la necesidad de nuevas formas.

Paralizada, al principio, sus pies no eran capaces de moverse.

Sin surco ¿dónde es que hay que pisar? La incertidumbre se acomodó a su lado cual amante compañera incondicional.

Cautelosa, luego, sus pasos fueron creando nuevas huellas impensadas,


sorprendente metamorfosis del ser.


Se animó a danzar con monstruos, que también como buenos compañeros le trajeron luz sobre tesoros escondidos.

Y así, encontrarse

en las formas infinitas,

en la simpleza,

en el hacer espacio,

en el dar lugar ,

en los nuevos surcos conscientes…


El todo en la punta de la lapicera acurruca pequeños trozos de luz

las partes se tocan y danzan un encuentro mágico de gestos

el silencio amigo del nosé sabio maestro del tiempo

se eleva buscando a tientas la muerte profunda del yasé


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Actualizado: 29 jun 2018


Esta interesante charla de Wapnick, "Porqué algunos no tenemos una vocación" me lleva a reflexionar y preguntarme a partir de qué patrones o "cableado interno" estamos sintiendo, creando y posibilitando nuestro ser/hacer profesional y laboral.

Cuestionar la idea tradicional y unívoca de lo vocacional nos permite entrar en un campo y un paradigma mas complejo y posibilitador de diferencias y multiplicidades.

¿lo creativo emerge de la linealidad o de un espacio mas caótico de posibilidades? la exigencia de "elegir" una carrera para toda la vida ¿cuanto está teñida de inercia convencional para que lo nuevo no irrumpa y "desordene" lo establecido?

Lo cierto es que, las nuevas generaciones con su propia impronta y los cambios en las ideas acerca de cómo los campos complejos interactúan, nos traen la inmensa oportunidad de abrir preguntas, habilitar multipotencialidades y aprovechar el contacto con lo esencial de cada uno, al máximo.

El desafío es cómo acompañar a las nuevas generaciones y "acompañarnos" a los adultos que nos permitimos la pregunta y sostenemos la incomodidad de poner en jaque lo que venimos siendo.



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